Clarificar el concepto de bullying, diferenciándolo de peleas, conflictos puntuales o dinámicas propias del desarrollo infantil y adolescente.

Sensibilizar sobre el impacto del bullying en el bienestar emocional y académico de niños, niñas y adolescentes.

Entregar herramientas prácticas a las familias para identificar cuándo una situación escolar puede considerarse acoso.

Invitar a las familias a asumir un rol activo en la promoción del respeto, la empatía y la resolución pacífica de conflictos.

Promover una comunicación efectiva y empática entre padres/madres e hijos/as, que facilite la expresión de emociones y experiencias escolares.

Ofrecer orientaciones sobre cómo actuar adecuadamente si su hijo/a está involucrado como víctima, agresor/a o testigo.

Fomentar el diálogo constructivo entre las familias y el colegio, para abordar situaciones de conflicto sin alarmismo, pero con compromiso.

Reducir la tendencia a etiquetar a los niños/as, fomentando una mirada comprensiva, educativa y preventiva frente a los conflictos escolares.